El tercer sendero (2013) es una película experimental que explora las fronteras entre el espectáculo y la fantasía; entre la vida y la muerte. El despojo se mira en un pueblo ex-minero en el que la razón y el poder se cruzaron hace 70 años, pero es ahí, en un terreno de ruinas, donde comienza el sendero alterno.
La ópera prima de Jimmy Cohen trabaja con pares y opuestos: documental/ficción, habla/silencio, blanco y negro/color, exteriores/interiores, campo/ciudad, texto/imágenes, sensación inmediata/razonamiento posterior. Los cuales podrían hacer alusión a dos tipos distintos de senderos que en la película se convierten en un tercero, un todo, síntesis fruto de la experimentación con el lenguaje cinematográfico, de la disolución de los contrarios, o bien de una asimilación. Esta multiplicidad de elementos provoca la sensación de la carencia de un hilo narrativo, de ser secuencias sin nexo alguno, pero en realidad apuestan por un acercamiento esencialmente cinematográfico.
Podríamos pensar, al romperse varias reglas de la composición y al enfrentarse a naturalezas distintas, que todo es ausencia. Por ejemplo: aceptar que no hay personajes, o bien que todas las personas que la cámara capta pertenecen a un universo ficcional en donde no tienen nexo alguno los unos con los otros; incluso haber sido grabada una parte en Estados Unidos y otra en México provoca la desaparición de un lugar donde se desarrolle el filme como ambientación; carencia de temas. Pero es que eso en realidad es la narrativa y la poética de la película.
Lo rico de ello es que bajo la apariencia de no tener ilación entre cada de sus elementos, éstos son hilvanados por el proceso de edición y de montaje, además por apelar al razonamiento, a la reflexión a posteriori de lo que sucede. La pregunta acerca del sentido de cada plano y su unión con otros –del cine como montaje-, de las pretensiones de un director, tiene lugar en El tercer sendero.
No resulta inadecuado el texto de Beckett que aparece en la película: en esas líneas se encuentran las preguntas y respuestas que podemos hacernos después de verla y donde evidentemente pretende Jimmy Cohen que se sitúe la reflexión sobre la misma.